Una noche con Arena

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Esa noche como las anteriores Arena, llego con lo pies destrozados por usar esos enormes tacones punta de aguja por al menos 12 horas, beso con ternura a sus dos hijas y con ganas locas llego hasta su dormitorio, se quito los zapatos indeseables, se sentó en la cama, sus redondas nalgas arrugaron el edredón de flores amarillas que frío la espero todo el día.
Su hija mas pequeña se sentó a su lado y le ayudo a quitarse el top elástico que veloz cayo descubriendo sus enormes y turgentes senos, su hija toco sin mas el pezón derecho a manera de juego pues sabia que su madre los tenia extremadamente sensibles después de la operación de aumento de busto, Arena de puso de pie y frente al espejo los examino minuciosamente, los palpo, los apretó, y jugo con sus sensibles pezones color miel. La pequeña junto a ella descubrió su pecho y copiando lo que su madre hacia, pregunto cundo los tendré yo así ???
Con una sonrisa coqueta Arena le dijo que ya tendría tiempo para preocuparse por esos asuntos que ahora cono buena niña su deber era pensar en los estudios.
Con un suave empujón saco a la niña de su dormitorio y cerro la puerta, ahora sola abrazada por la tibieza de su hogar Arena deslizó suavemente el cierre lateral de su ajustada minifalda jean, un pequeño hilo dental blanco emergió parecía tatuado a sus caderas y mas de uno se sintió envidioso de las profundidades que aquel visito.
Delicada como solo ella broto como botón de rosa de su cama se estiro cuan larga es sintiendo la suave textura de la tela, imagino a su hombre, su amante esposo recorriendo con sus varoniles manos su pecho, su cuello, sus labios, y los otros también, los otros que ahora húmedos de añoranza inundaban la tela que viste su cama, su enorme cama que mas una vez pareció quebrarse bajo las maniobras mas ágiles de su cuerpo y el de su hombre.
Pero él no esta sus labores lo llevaron lejos, con habilidad felina deslizo las delicadas bragas hasta sus tobillos y de una patada llegaron hasta la cesta de ropa sucia que estaba en un rincón.
Su mano izquierda recorrió su duro abdomen y lentamente bajo hasta su suave vulva, de labios gruesos y abultados, desnudos de cualquier vello… continuara.